Viaje al planeta prehistórico y Planeta Bur: la aventura espacial.

Viaje al planeta prehistórico (1965) es la segunda película de Curtis Harrington ─aunque en los créditos aparece como John Sebastian─, un cineasta que, pese a comenzar a filmar desde su adolescencia, dirigió su primer largometraje a los 35 años, en 1961. La cinta es la reedición americana de una película soviética, Planeta Bur (1962), dirigida por Pavel Klushantsev. Encargada por Roger Corman, la cinta firmada por Harrington es básicamente la de Klushantsev; las principales diferencias radican en el comienzo, y en las apariciones de Faith Domergue y Basil Rathbone, con la intención de que la cinta tuviera una mayor aceptación de parte del público americano. En resumidas cuentas, lo agregado por los estadounidenses no cambia mucho la historia del filme. Y en ocasiones, los cambios nos privan de algunos bellos momentos. En Planeta Bur, por ejemplo, podemos ver a Kyunna Ignatova (como Masha, en vez de la Marsha interpretada por Domergue) flotando dentro de la nave. Una linda imagen, que además denota el cuidado que se tuvo en la realización de la cinta.

El cambio más importante introducido por Harrington está al inicio. Planeta Bur comienza con un mensaje a la nación soviética, que anuncia la llegada de tres naves a Venus. Por su parte, Viaje al planeta prehistórico nos habla primero sobre la colonización de la Luna. Y esto es importante porque, aunque no se puede saber desde cuándo los seres humanos miran hacia arriba y se imaginan qué hay más allá del cielo estrellado o azulado que podemos ver, sin embargo, parece que para imaginar esto es preciso saber que hay piso firme allá arriba. Y ese es un dato que cada noche se obtiene con la aparición de la Luna. A diferencia de las estrellas o las nubes, cuya presencia física despierta dudas, la Luna aparece sólida y tan grande como para permitir que uno se pare sobre ella. Hace falta saber esto, ya que si hay piso firme allá arriba, eso significa que no estamos rodeados por algo efímero o inaprensible, como si fuera una capa de humo.

El satélite natural de la Tierra ha sido siempre la clave: una vez puesto un pie ahí, el límite se rompe y el universo puede ser explorado. Así pasa en Viaje al planeta prehistórico: en el año 2020, la Luna ha sido colonizada, y desde ella es comandada una misión que tiene como objetivo encontrar vida en el planeta Venus. Tres naves fueron enviadas, pero una es alcanzada por un meteorito y queda destruida. Así, las dos naves restantes tienen que cumplir la misión. Que Harrington haya decidido hablar primero sobre la Luna dota de una mayor perspectiva a la cinta. Y esto aumenta el valor de lo filmado por Klushantsev, porque ahora ya no se trata solo de una aventura sovietica, sino de la aventura espacial emprendida por el hombre. Así entonces, cinco de los seis tripulantes humanos, acompañados por el Robot John, aterrizan en Venus, un planeta habitado por hombres-lagarto, dinosaurios y seres muy parecidos a los humanos.

En este sentido, la película de Klushantsev/Harrington sigue una línea que ha estado presente desde el primer viaje al espacio que conocemos, el cual está en los Relatos verídicos de Luciano de Samósata: lo que más llama la atención de los viajes espaciales es el tipo de vida extraterrestre que se puede encontrar. Por su parte, Luciano se inclinó por darle vuelo a su extraordinaria imaginación, describiendo a las criaturas más fantásticas e inverosímiles; en cambio, en Planeta Bur/Viaje al planeta prehistórico, como lo apunta el título de la versión americana, hay una tendencia a retratar Venus como si se tratara de la Tierra agreste que, imaginamos, pisaron los dinosaurios. Este es uno de los aciertos de la cinta, porque metafóricamente se muestra que, pese a la colonización de la Luna, son los primeros pasos de los seres humanos en su exploración del universo. Así como llevó tiempo y esfuerzo establecerse en el planeta Tierra, cuesta lo mismo al salir de él.

Este apunte sirve para poner en contexto el filme de Klushantsev/Harrington: en los años sesenta se estaba en plena “carrera espacial”. Soviéticos y estadounidenses consiguieron poner satélites en órbita; en 1959, una sonda lanzada por los primeros, Luna 2, se estrelló contra la Luna; y en 1961, la Unión Soviética puso en órbita al primer cosmonauta, Yuri Gagarin. Para cuando salió la versión de Harrington, faltaban cuatro años para la llegada de Neil Armstrong a la Luna, pero sin duda tal objetivo se veía cada vez más cerca. Según parece, Planeta Bur/Viaje al planeta prehistórico tiene los ojos puestos en este contexto, de tal manera que tras el rimbombante comienzo ─con efectos nada desdeñables─ en el que vemos las naves espaciales y la voz en off nos pone en contexto, viene la destrucción de una de las naves que marchan hacia Venus. Es muy marcado el contrastante entre el gran logro que significa viajar por el universo con la fragilidad que donota la explosión. La fragilidad no solo de la vida humana, sino de esta en la inmensidad del espacio, donde no hay justicia o injusticia, como afirma uno de los protagonistas, sino un sometimiento a las circunstancias.

Con unos trazos, Klushantsev/Harrington esboza la posible situación del ser humano cuando viaja al espacio, y en ello no estaba equivocado, porque en los primeros viajes espaciales los astronautas perdieron tejido óseo, sufrieron atrofia muscular y fueron muy propensos a infecciones durante y después de las misiones ─e incluso ahora, algunos problemas de salud para los astronautas no tienen solución─. Este es uno de los más bellos rasgos de la ciencia ficción: aparenta prever el futuro.

Sin embargo, como ya decía, lo que llama más la atención es la búsqueda de vida extraterrestre, y el filme contiene una muy bella forma de ver esto. La vida inteligente permanece en fuera de campo, señalada apenas por luces semejantes a las que despide una ciudad o por rastros de civilización, como la creación de estatuas. Pero lo más notable es un canto ─muy parecido al de una mujer─ que de vez en cuando pueden escuchar los astronautas. A la vez, despierta fascinación y pánico, dos reacciones que todavía están presentes entre nosotros cada vez que oímos hablar de vida extraterrestre. Podemos pensar en las dubitaciones de Stephen Hawking, quien se ha declarado por no buscar vida extraterrestre ya que puede ser hostil (2010-2011), a la vez que ha emprendido proyectos para buscarla (2015).

En todo caso, el astronauta que se encuentra más prendado de tal canto es el más soñador y más osado de todos, e incluso se muestra partidario de ir a buscar su origen. En él están las dos características que nos han llevado a lograr el sueño de viajar al espacio: la osadia y la imaginación, que por mucho tiempo fue nuestra única manera de llegar a la Luna y más allá. En cuanto a la búsqueda de vida extraterrestre, queda esperar cuál es el resultado de ese llamado; en tanto, Planeta Bur/Viaje al planeta prehistórico apunta que no sería muy diferente de nosotros, con el plano más bello de todo el filme, en el que la mujer aparece reflejada en un charco de agua: este es un espejo, a la vez que ella se refleja ahí, nosotros también lo haríamos.

Viaje al planeta prehistóricoTítulo original: Voyage to the Prehistoric Planet.
Título: Viaje al planeta prehistórico.
Director: Curtis Harrington (como John Sebastian).
Guión: Curtis Harrington (como John Sebastian).
Producción: George Edwards, Roger Corman.
Fotografía: Vilis Lapenieks, Arkadi Klimov.
Edición: Leo H. Shreve.
Música: Ronald Stein.
País: Estados Unidos, Unión Sovietica.
Año: 1965.
Elenco: Basil Rathbone (Profesor Hartman), Gennadi Vernov (Andre Ferneau), Georgi Zhzhyonov (Hans Walters), Yuriy Sarantsev (Allen Sherman), Georgiy Teykh (Dr. Kern), Vladimir Yemelyanov (Comandante Brendan Lockhart), Faith Domergue (Dr. Marsha Evans).

Planeta BurTítulo original: Planeta Bur.
Director: Pavel Klushantsev.
Guión: Pavel Klushantsev, Aleksandr Kazantsev.
Producción: L. Presnyakova, Vladimir Yemelyanov.
Fotografía: Arkadi Klimov.
Edición: Volt Suslov.
Música: Iogann Admoni, Aleksandr Chernov.
País: Unión Sovietica.
Año: 1962.
Elenco: Gennadi Vernov (Alyosha), Georgi Zhzhyonov (Bobrov), Yuriy Sarantsev (Scherba), Georgiy Teykh (Kern), Vladimir Yemelyanov (Ilya Vershinin), Kyunna Ignatova (Masha).

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