Lo viejo y lo nuevo. Bob Esponja: al rescate

I. Reescribir la historia

La manera en que se escribe la historia no siempre es justa con todos. Es claro, por ejemplo, que hay nombres borrados, simplemente, porque el vencedor así lo quiso; o bien, quien estuvo en el poder prefirió contar algunas cosas en vez de otras. Y en estos casos, como en muchos otros, es útil la reescritura: permite que salgan a la luz nombres a los que les debemos algo, o las otras versiones de un asunto que alguien prefirió ocultar, o colocar de manera más justa nombres y sucesos. Así que reescribir la historia no es un problema, en sí mismo. Y esto lo han aplicado, de igual manera, los productos televisivos. En Los Simpson, por ejemplo, la torpeza de Homero puede explicarse por el crayón que tiene en la cabeza (S12E09), o por el gen que afecta a los hombres de la familia y hace que su inteligencia disminuya con el paso de los años (S09E17). Pero además, no solo hay ejemplos de reescritura del pasado; también hay casos de reescritura hacia el futuro, donde se empieza casi desde cero una propuesta, como sucede en Doctor Who, donde catorce actores han interpretado al personaje principal desde 1963, y cada uno ha tenido un carácter diferente.

Sin embargo, así como las reescrituras no son un problema en sí mismo, tampoco son buenas siempre. La reescritura de una historia, al menos televisiva, puede juzgarse en razón de las cosas valiosas que trae consigo.[1] Regresando al caso de la torpeza de Homero, por más que las explicaciones sean contradictorias hasta cierto punto, la existencia de estos episodios está justificada en que, pese a abordar un tema común, otorgan dos miradas diferentes sobre él. Ambos giran sobre el papel de la inteligencia en la vida, pero el episodio del crayón pone sobre la mesa los binomios infelicidad/inteligencia y estupidez/felicidad. Un tema que, por ejemplo, ya analizaba John Stuart Mill, y que este capítulo, a través de las figuras de Homero y Lisa, pone al espectador ante los efectos de cada uno. Mientras que el capítulo del gen Simpson deja esta mirada de lado con solo breves menciones (el comentario de Lisa sobre que Rafa es feliz), y es más una loa de las cosas que se pueden descubrir yendo más allá de los entretenimientos frívolos. Por su parte, Doctor Who, con la constante reinvención de su personaje principal ha abierto la posibilidad de explorar diferentes aspectos de él. Así, por ejemplo, el engreimiento y un carácter estricto está bien representados por el primer doctor (William Hartnell), mientras que el décimo doctor (David Tennant) ya puede mirar hacia atrás y ver ese comportamiento como propio de la juventud, cuando uno quiere hacerse importante.[2] Y sin embargo, el personaje sigue siendo el mismo.

Claro está que tanto Los Simpson como Doctor Who son programas que han aceptado esta reescritura como parte constituyente de ellas, pero hay algunas obras que están talladas en piedra, y no aceptarían ningún cambio a riesgo de perder algo de su brillo.

Por su parte, Bob Esponja, la serie creada por Stephen Hillenburg, es una obra que ya le había dado paso a la posibilidad de reescribirse, hasta cierto punto, en primer lugar, al consistir de episodios independientes, donde los personajes pierden la mayoría de sus recuerdos. Por ejemplo, Plankton comete varias veces el mismo error de hacer inventos en donde hay que depositar una moneda para una u otra cosa. O bien, Bob y Patricio nunca hacen mención de alguna aventura que hayan tenido en el pasado. Pero, además, la falta de continuidad también quedó en evidencia en la reestructuración que se hizo de los personajes con el paso de la serie. Quizá el ejemplo más claro es Patricio, un personaje que nunca fue el más brillante, pero en las primeras temporadas nunca llegó a reducirse al compañero tonto del protagonista que mete en situaciones incómodas a ambos. Y sin embargo, con el pasar de las temporadas, esto le fue sucediendo. Hay una escena que sirve para ilustrar este punto: Bob y Patricio en el mismo plano, mientras el primero habla. En viejas escenas, Patricio solo está de pie con la mirada pérdida. En Bob Esponja: al rescate (2020), se come todo lo que hay en el arenero de Gary. Y esto mismo sucede en la serie, donde hace una u otra cosa revelando que ya no tiene nada de sentido común.

Y así, poco a poco, la serie se ha ido reescribiendo. Sin embargo, en Bob Esponja: al rescate aparece un intento mucho más drástico de reescribir la historia, refundando los inicios. Hacia el final de la película, todos los personajes principales narran cómo conocieron a Bob en el Campamento Coral. Ahora bien, si se juzga esto en virtud de las cosas valiosas que trae consigo, dicha reescritura parece ser peor que lo que ya había establecido la serie. El caso más sencillo de contrastar es el de Arenita; según dice, ella conoció a Bob en el campamento tras caer en paracaídas y le contó que su sueño era ser científica, pero que tenía dudas sobre lograrlo, a lo que él le responde que ni siquiera lo dude porque lo conseguirá algún día. Y efectivamente, lo consiguió, seguramente con el apoyo de Bob. Por su parte, la serie había establecido que ellos se conocen cuando la ve peleando contra una almeja y lo invita a su casa a tomar el té. Pero tienen problemas porque Bob le miente al decirle que sabe qué es el aire.

Ahora bien, lo que sucede en la serie es contrario a lo que sucede en la película, pero no porque en una versión sean adultos y en la otra niños, sino por la definición del carácter de los personajes. La serie había establecido que Arenita es mejor que Bob Esponja en muchas cosas, y algo que lo caracteriza a él es que no es muy seguro de sí mismo. No en balde es una esponja… Y esto no es un misterio: se puede observar tanto en la serie como en algunos momentos de la película. Así que cuando Bob la vio pelear se sintió intimidado, y por ello miente sobre saber qué es el aire, para impresionarla. Además de que esta situación propicia uno de los mejores episodios de la serie, el tema que hay de fondo es que una amistad, o cualquier relación, no se puede construir sobre mentiras. Y esta es la gran lección que deja el encuentro entre ellos.[3] Por su parte, la película muestra a dos personajes completamente distintos: Bob pasa a ser el protagonista que salva a todos, seguro de sí, y que está para apoyar a los secundarios en la realización de lo que quieren; y Arenita queda como la chica insegura, ¡pese a ser una ardilla dentro del mar, que salta en paracaídas, con un traje especial y con un sueño que en cierto modo ya logró! Lo que sucede aquí es una completa reinvención de los personajes. Y esto se puede observar en los demás casos.

Calamardo siempre fue muy indolente, hasta cierto punto egoísta, pero una de sus mayores virtudes es que confía en sí mismo. No importa cuán mal toque o pinte, él cree en lo que hace. Y esta seguridad es lo que le ha permitido enfrentar situaciones complejas. Cuando es humillado por Calamarino por no tener una banda, decide formar una, y esta acción solo pudo ser llevada a cabo por él y quizá por Arenita, porque son los únicos dos personajes con el suficiente arrojo e inteligencia para llevarla a cabo. O bien, cuando un comprador se comporta de manera grosera con Bob después de llevarle su pizza, Calamardo es quien tiene el valor de poner en su lugar a alguien tan déspota. Es así que siempre ha sido, hasta cierto punto, el personaje más independiente de Bob, porque no necesita de él para hacer sus cosas. Pero la película convierte esa confianza en ingenuidad, cuando Bob y Patricio le hacen creer que ganó el concurso de talentos, pese a tocar muy mal el clarinete. Lo curioso es que, al parecer, ya de grande Calamardo sigue pensando que ganó por su talento, pero la escena revela que no fue así. Y se vuelve no solo ingenuo, sino también el objeto de la conmiseración del protagonista. De tal manera, el personaje que era el más independiente y seguro se transforma en un necesitado, por ello, aunque la tradición dice que Bob Esponja le cae mal y la película intenta mantenerlo, declara también que lo necesita. En otras situaciones, cuando hubo que buscar a Bob, Calamardo hizo lo mínimo; ahora, declara a su favor, pelea por todos y prefiere ayudar que escuchar a su artista favorito.

Por otra parte, quizá la escena donde Bob conoce a Patricio es la que termina de hundir a su personaje en el papel del compañero tonto, que no podría hacer una vida sin el protagonista. Un pequeño Patricio sin amigos, llorando, y que cuando Bob le otorga su amistad responde con un chiste bobo es el Patricio adulto cuyo papel es hacer el ridículo junto a Bob. Atrás quedó el personaje que era el amigo, el apoyo en la dificultad, la voz que daba consejo en ocasiones, el compañero de travesuras y el ingenuo que a menudo quedaba como tonto porque el mundo iba demasiado rápido para él. Ahora, ya no es capaz de sostener un capítulo por su propia cuenta, como llegó a hacerlo alguna vez, y es el que más necesita de Bob entre todos, porque sin él su vida sería una constante estupidez.

Ahora bien, esta reinvención de los personajes secundarios (y ahora mejor dicho que nunca lo de secundarios), tiene como correlato la reinvención de Bob Esponja. La película lo convierte del personaje que compartía pantalla con el resto y cuya vida cambiaba por su relación con ellos, al protagonista en cuyo ser los demás basan todo. Es el héroe, el que forjó de algún modo el futuro de cada uno, el que hace el viaje espiritual y el que recibe consejo del maestro, porque Keanu Reeves le habla a él, no a Patricio; Bob Esponja, ahora, es el punto de referencia de todo.

Dicho esto, puede observarse cómo lo que propone la película es lo contrario de lo que hizo la serie. Mientras esta, en un principio, apostó por el desarrollo de personajes complejos con los que el protagonista, al relacionarse, interactúa como iguales en tanto que aprende de ellos y estos de él; por su parte, Bob Esponja: al rescate¸ tiende a la simplificación, haciendo que la vida de los personajes secundarios dependa del protagonista. Y si se acepta que la reescritura de una historia se puede juzgar en razón de las cosas valiosas que trae consigo, la refundación que hace la película no tiene ningún valor, porque lo que se pretende contar nos ofrece peores cosas que lo que ya nos daba lo que estaba escrito.

Ahora todo radica ─como es recurrente en estos tiempos tan necesitados de figuras a seguir, y por ello es tan escandaloso cuando se revelan sus pecados─ en ensalzar una figura, un héroe, alguien incuestionable porque ayuda a todos, que no tiene fisuras y a quien todos podamos amar, o que al menos no nos disguste tanto. En los inicios, en cambio, se trataba de personajes que, por sus fallos y por su complejidad, posibilitaban capítulos con un tema detrás: así como el episodio donde Bob y Arenita se conocen reflexiona sobre el papel de las mentiras al conocer a alguien, varios capítulos con Calamardo hablaron sobre el egoísmo o sobre lo justo, entre otras cosas.

El final de la película es bastante revelador: todos los habitantes de Fondo de bikini adoptan un caracol, igual que Bob. Y de eso se trata ahora: la figura de Bob es el centro de todo, y es capaz de hacer que toda una ciudad actúe como él, en detrimento de las diferencias.

1.1 Campamento Coral

Nickelodeon está produciendo una nueva serie llamada Campamento Coral, donde los personajes originales aparecen como niños. De ahí provienen los flashbacks donde todos cuentan cómo conocieron a Bob. Ahora bien, más allá de la polémica relativa a si Stephen Hillenburg estuvo a favor o en contra de eso, porque hablar en ese terreno es territorio pantanoso, lo importante es considerar cómo nace esa serie y si está a la altura de lo que hizo su predecesora. Y en este sentido, Campamento Coral sale perdiendo. La serie original mostró, ya en sus primeros capítulos, que no sólo era buena comedia, sino también un producto con contenido. Por un lado, los chistes nacían de las situaciones, como cuando Patricio le enseña a levantar el meñique a Bob por elegancia, porque él ingenuamente cree que respirar aire es elegante. Lo gracioso está ahí, desarrollado muy simplemente, sin la necesidad, por ejemplo, de que Patricio se coma el excremento de Gary. Pero además, cada episodio puede distinguirse porque, detrás de las historias, hay un tema importante para la vida: ¿está bien cometer malas acciones cuando alguien no me ve? (S01E02), ¿una relación puede basarse en mentiras? (S01E03), ¿a dónde nos lleva el orgullo excesivo? (S02E04), etcétera.

En cambio, Campamento Coral cae en el recurso fácil de apelar al sentimentalismo: confiar en Arenita, lograr que Calamardo no se sienta mal, ser amigo de alguien que está solo. Puede estremecer el corazón del público, pero al final un buen gesto es como regalar una moneda: puede complacerte en el momento, pero más allá no hay ningún cambio. Y peor aún cuando, solo por esto, al menos en su presentación, personajes complejos quedan reducidos a alguien que necesita de otro para que los saque de un agujero.

II. La inteligencia de Patricio

En sus mejores momentos, el personaje de Patricio es muy difícil de clasificar. Nunca fue el más brillante en Fondo de Bikini, eso es claro. Por ejemplo, se tardó mucho en reconocer que Arenita es una chica. Pero tampoco era alguien sin un poco de sentido común, al grado de humillarse. Sé que ya he repetido mucho esto, pero cuando un personaje come excremento, sea humana o de otro animal, se le quita toda la dignidad.

Cualquiera que sea el caso, Patricio tenía algo que podemos llamar momentos de genialidad, en los cuales los guionistas le daban la oportunidad de decir algo brillante. Después olvidaba lo que dijo, pero el hecho es que era capaz de ver más allá que el resto de los personajes, como si algo lo iluminara y pronto desapareciera. Ahora bien, el hecho de que nunca se diera cuenta de sus momentos de genialidad también significa que nunca fue consciente de su falta de inteligencia. Y eso se utilizó mucho para crear situaciones graciosas, como cuando cree ser un buen consejero para Bob, o cuando cree ser un buen doctor, o cuando da a conocer planes muy descabellados, etcétera. Ingenuamente creía que todo esto tenía sentido, aunque no todos lo veían así, excepto Bob, que sí confiaba en él como un amigo capaz de dar buenos consejos.

Sin embargo, en la película hay una escena que revela al Patricio más reciente, el estúpido. Y lo más radical es que ya es consciente de su estupidez. Mientras van en el bote, de pronto despiertan y descubren que están en un desierto. Bob dice que posiblemente es un sueño, a lo que Patricio responde que es filosóficamente insostenible que dos personas tengan el mismo sueño, y más aún que estén en un mismo sueño. Bob responde que, en efecto, sostener eso es un problema. Y entonces Patricio descubre que sí es un sueño porque lo que dijeron es inteligente. Al decir eso, tácitamente reconoce que es estúpido, y por tanto es incapaz de decir algo así.

Si la escena hubiera sido escrita con un Patricio en sus mejores momentos, pudo haber dicho lo mismo, pero para revelar que sí es un sueño se hubiera utilizado otro recurso. Quizá que Patricio sacara de su bolsillo una cangreburguer con tres pedazos de carne, o recurrir directamente al hecho de que respiran aire, como lo hace después el guion. Pero no.

A estas alturas, Patricio ya perdió la dignidad y se reconoce a sí mismo como el estúpido del programa. Eso significa que, detrás, hay unos guionistas que han perdido el aprecio por el personaje, y existe una pereza creativa que los hace usar una y otra vez lo ridículo, lo escatológico y la falta de sentido común.

III. El homenaje

Bob Esponja: al rescate claramente debe mucho a la serie. No solo están ahí historias ya contadas alguna vez, con ligeros cambios, como la desaparición de Gary, sino también elementos que vienen de la serie, como el robot de Bob Esponja que aparece en el laboratorio de Plankton o la escena de los piratas que recuerda a Parche o cuando incluían elementos extraños como el gorila en un capítulo, entre muchas otras cosas.

Pero cuando una obra rinde homenaje a su pasado, eso significa que se trata de la última entrega y, a partir de ahí, o muere o renace como algo nuevo. Y, en apariencia, esto último es lo que sucede con la película, teniendo a la vista el spin-off que pronto saldrá. Puede decirse que esta es la última vez que Bob Esponja tiene el espíritu que tuvo alguna vez, y por ello se reinventó el carácter de los personajes y se reescribió la historia desde el principio. Con más seguridad que nunca, de ahora en adelante tendremos otro Bob Esponja, que se cuelga de la historia y el éxito de su antecesor, para conseguir otras cosas.

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Notas

[1] Esta idea puede ilustrarse con lo que sucede en el episodio de Los Simpson donde Lisa descubre la verdadera identidad de Jebediah Springfield (S07E16), como un sinvergüenza y un ladrón. En sus manos tiene la posibilidad de reescribir la historia, poniendo en su lugar el papel que tuvo, pero ve que la figura de Jebediah provoca ciertas actitudes valiosas en los ciudadanos y, a su juicio, resultaría menos provechoso para la ciudad que supieran la verdad. En este caso, Lisa juzga el valor de reescribir la historia considerando qué tan valioso sería.  

[2] Esto sucede en el episodio Time Crash.

[3] A propósito de este asunto, puede revisarse el siguiente video:

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Título original: The SpongeBob Movie: Sponge on the Run.
Título: Bob Esponja: al rescate.
Director: Tim Hill.
Guion: Tim Hill.
Producción: Ryan Harris.
Música: Steve Mazzaro, Hans Zimmer.
País: Estados Unidos, Corea del Sur.
Año: 2020.

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